El modelo de gestión integral del agua en México enfrenta grandes retos, entre los que se encuentra la renovación del marco jurídico del agua, acorde a la realidad que se vive en el país y la situación hídrica, considerando que el agua y la tierra son un complemento y no se pueden tratar por separado.
Así lo afirmó el experto en aguas nacionales, el doctor Alejandro Cervantes Beltrán, quien impartió la conferencia magistral “El agua y la tierra, un binomio ético”, ante el Tribunal Unitario Agrario Número 2, a cargo del Magistrado Rafael Hernández Gómez, en Mexicali Baja California.
Durante la presentación, el magistrado Hernández Gómez, manifestó la necesidad de que el derecho agrario se conjugue con el derecho del agua, para resolver problemáticas añejas del sector, de tal forma que se vuelve una prioridad, especializar la materia jurídica enfocada hacia estos dos temas de vital relevancia en México.
Por su parte, el también catedrático de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) en la Facultad de Derecho, Cervantes Beltrán, expuso que, a casi 30 años de la creación de la Ley de Aguas Nacionales, es importante hacer una reflexión sobre los resultados, dado que el modelo de gestión en México, bajo el régimen de concesiones, separó el agua de la tierra, dando resultados positivos en algunos casos y en otros, incrementó la brecha de la desigualdad social.
El tema del agua en México y en el mundo, pasó de ser un tema secundario a ser protagonista en la agenda global, toda vez que sólo el 0.34% del agua en el planeta, (es decir ni el 1%), puede ser usada para consumo humano, razón por la cual la Organización de las Naciones Unidas (ONU), declaró la bancarrota en materia de agua en el 2010.
Otro de los puntos a considerar, refirió el Doctor, es que en México la gestión del agua por cuencas hidrológicas, se ha visto debilitada por el ejercicio centralista de la Comisión Nacional del Agua, donde desde la ciudad de México, se emiten criterios generales para todo el país, dejando de lado las distintas realidades que se viven en cada región, así como sus complejidades.
En este contexto, con el sistema de concesiones derivado de la Ley de Aguas Nacionales (LAN) y una visión centralista, el agua se ha transformado en un bien con valor económico en un mercado desregularizado, donde queda al alcance de quienes tienen mayor poder adquisitivo y lejos de quienes carecen de recursos, acrecentando las desigualdades económicas y sociales.
“En el caso del sector agrícola se tiene números positivos en el valor de la producción, pero gracias a la disociación del agua y tierra, tenemos hoy en día, tierra productiva sin agua y agua sin tierra, quedando el líquido a renta del mejor postor”.
“Este manejo fragmentado del agua y la tierra es lo que tenemos que evaluar en particular, durante las últimas tres décadas, desde la entrada en vigor de la LAN”, consideró el especialista Cervantes Beltrán.
Si bien es cierto, que los funcionarios de gobierno están obligados a aplicar la Ley, son los congresistas quienes deben de valorar si la ley es justa y acorde a la realidad actual que se vive en México.
La creación de la Conagua y la Ley de Aguas Nacionales y su reglamento, fueron parte de las reformas que impulsaron el modelo económico de principios de los noventas y que dieron certidumbre a la inversión privada, cumpliendo con los fines para las que fueron creadas.
De acuerdo al expositor, a 30 años de distancia, hay una gran deuda con la sociedad mexicana en asuntos de agua, porque no se ha emitido la nueva ley general de agua y mientras esto no suceda “el derecho humano al agua seguirá siendo un bonito ideal constitucional, lejos de ser una realidad”.
Durante la conferencia magistral estuvieron presentes la Maestra Ana Canales, Directora de la Facultad de Derecho de la UABC, el Ing. Antonio González, Presidente de la Asociación Nacional de Unidades de Riego, así como el líder del movimiento campesino de Baja California, Benjamín Castillo.
Los comentarios están cerrados, pero los trackbacks y los pingbacks están abiertos.